¿A qué altura puedo subir con mi bebé? La altitud máxima para subir con bebés y niños.
Seguramente muchas embarazadas y padres antes de realizar sus primeras excursiones de montaña habrán buscado información sobre a qué altitud pueden subir o si es saludable hacer excursiones por la montaña.
En general y como en todo, tenemos que aplicar las máximas de la lógica y la naturalidad en la crianza y el cuidado de nuestros hijos. Los absolutos rara vez son buenos y no será lo mismo un bebé que haya nacido en La Paz en Bolivia a unos 3650 mt sobre el nivel del mar que un recién nacido de Barcelona o Bilbao.
Para los recién nacidos y los bebés de hasta dos años los 2000 metros de altura es una referencia como límite de altura general. Y los niños de entre 2 y 8 años los 3000 metros sería el límite recomendado para pernoctar.
Existen recomendaciones de no superar los 1500 mt con menores de un año, relacionando esto último con el aumento de las probabilidades de muerte súbita, aunque este tema es ya de por sí bastante controvertido y complejo ya que ni los mismísimos especialistas saben la causa de las muertes súbitas en bebés.
Altitud y Montaña en el embarazo
Con el mismo sentido común y naturalidad las mujeres embarazadas deben valorar su situación particular y su propio historial y experiencia con la altura.
Es diferente una mujer que está acostumbrada a la montaña y a la altitud, por donde vive o las actividades que practica habitualmente que una persona que ha vivido siempre al nivel del mar y se inicia en el montañismo durante su embarazo.
Como cifras orientativas, los 2500 metros sobre el nivel del mar está considerada la altura a partir de la cual se pueden desarrollar síntomas de mal de altura derivados de la hipoxia (estado en el cual el cuerpo se ve privado del suministro adecuado de oxígeno). Esto depende no solo de la altitud sino también de otros factores como la velocidad de ascenso, el periodo de exposición o la propia genética del individuo.
La planificación de las excursiones con bebés y niños en montaña
Como digo, siempre el sentido común es nuestro mejor aliado, entonces lo mejor es ir planificando nuestras actividades de manera progresiva y debemos observar a nuestros bebés para detectar cualquier incidencia.
Los cambios bruscos como los realizados por determinados telecabinas e incluso telesillas situados a altitudes significativas no son buenos para nadie, con razón de más para los bebés y niños pequeños, ya que tanto la regulación térmica como la capacidad para adaptarse a la hipoxia están aún poco desarrolladas.
Podéis leer nuestros trucos y recomendaciones para la preparación de excursiones con bebés y niños
Cómo preparar una excursión con bebés y niños pequeños
y también de la práctica del senderismo y excursiones de montaña con bebés y niños pequeños.
Jugando a ir de excursión. Senderismo con bebés y niños.
es especialmente importante recordar algo referente a la protección frente al frío y el sol ya que son dos factores que conviven y afectan directamente a la relación que tenemos frente a la altitud en montaña.
Recomendaciones al subir altura con bebés y embarazadas
Excursiones y mal de altura embarazada
Sintomas de mal de altura en el embarazo
- El dolor de cabeza,
- Los mareos o nauseas
- La sensación de falta de oxígeno
- La pérdida del equilibrio
- La confusión mental
Todos ellos son compatibles con otras afecciones incluso con los propios cambios hormonales del embarazo, pero si estamos a una cierta altitud nos están avisando de que no nos hemos aclimatado bien. Sin agobios comenzamos el descenso y poco a poco nos encontraremos mejor.
De excursión a la montaña con mi bebé
El mal de altura en bebés y niños, atención a los síntomas
- Dolor de cabeza
- Mareos
- Fatiga y debilidad general
- Agitación
- Dificultad para dormir
En los niños que ya andan se pueden confundir en apariencia con síntomas de cansancio general asociado a este tipo de actividades, pero ese sexto sentido que tenemos nos indica cuando es algo más. Si estamos en una excursión por montaña a cierta altitud es buen momento para parar a comer e hidratarse, y si continua igual el descenso es la mejor opción.
En los bebés recordar que cualquier exceso que detectemos de llorar o dormir mucho o poco pueden ser igualmente señales de mal de altura.
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