Nuestra hija era aún pequeña, tenía 2 años cuando se nos ocurrió crear nuestro propio calendario de adviento familiar.
No queríamos llenarlo de chocolate, (nunca he entendido que ¿en qué medida te prepara para la Navidad comer chocolate cada día? ¿Hace más dulce la espera?) pero sí nos apetecía hacer algo que podamos esperar cada día.
Es cuando se nos ocurrió la idea del calendario de Adviento de actividades familiares. En vez de chocolatinas, cada día nos toca una actividad juntos…
Para que esperar las Navidades realmente sea una época de pasar tiempo juntos, momentos compartidos… Y se ha convertido en una época esperada por todos. Nuestra hija cada mañana salta de la cama para ver qué toca ese día. Hemos tenido experiencias tan divertidas como montar una tienda en el salón y cenar de picnic dentro, cantar villancicos, hacer un dibujo de Navidad los tres, ver una peli de navidad con pizza u otros más sencillos como leer un cuento los tres juntos en el sofá, bailar una canción…
¿Cómo hacemos nuestro calendario de adviento personalizado?
Primero, nos sentamos con un papel y apuntamos las ideas de las actividades. Mezclamos cosas sencillas, que no requieren mucho tiempo (entre semana hay que trabajar, hay cole y tiene que ser algo sencillo de realizar) como un paseo familiar tras la cena para ver las estrellas, con otras actividades que requieran más organización y tiempo, como hacer galletas navideñas, salir a buscar ramas caídas para la decoración, patinar sobre hielo o hacer un muñeco de nieve.
Las actividades que seleccionamos, las escribimos en papelitos separados, los decoramos con unos dibujos y cuando la peque se va a dormir, viene la parte menos mágica… Nosotros los adultos nos sentamos con un calendario y revisamos sobre todo las actividades que requieren tiempo y desplazamientos, ¿para qué días podemos programarlos?
Los papelitos con las actividades los colgamos con unas pinzas numeradas (antes cuando empezamos, teníamos los papelitos numerados, pero así teníamos que rehacer todo si había cambios de última hora) que nos permite intercambiar las actividades en secreto sobre la marcha también.
Así se forma nuestro calendario de adviento personalizado. Cada año es distinto, aunque hay actividades estrella que se repiten.
Esta costumbre se ha convertido en una tradición familiar, cada año la esperamos más y más, ya por adelantado estamos pensando en las actividades que vamos a proponer. Prepararlo y disfrutarlo ya de por sí es una actividad que nos permite charlar, soñar, juntar cabezas y crear. En la locura que se ha convertido la Navidad es una parada diaria, de pasar tiempo juntos, de sentir realmente lo que es importante y lo que no.
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